Por Difusión Cultural
La mezcla de versos con diferentes formas de sonido y video, un nuevo ritual literario.
Un micrófono, una computadora y una pantalla para proyectar imágenes. Estos elementos destacaron en el escenario donde se presentaron tres expresiones de la lírica en conjunto con un trabajo audiovisual en el Festival de Poesía Conceptual, que se realizó en el Museo Universitario del Chopo.
Formaron parte del encuentro el grupo Los Salvajes de Ciudad AKA, junto con César Cortés Vega, escritor y productor audiovisual, y el escritor de poesía Emmanuel Vizcaya.
El primero que entró a escena con su laptop en mano fue César Cortés. Al dar lectura de su trabajo, el lugar se iluminó de colores, mientras se proyectaban diferentes figuras en una pantalla colocada atrás. Su voz era acompañada por una música que apoyaba su actuación.
Conforme iba terminando de leer cada uno de los textos, interrumpía su acto y tomaba hojas de un periódico para romperlas poco a poco, una por una, lentamente. Después de haber desgarrado unas cuantas, seguía con su lectura.
“Un recital de poesía no podría ser lo mismo que antes, porque ahora el escritor se expande, se disgrega, se vuelve a sumar, se suma con otros, hace comunidades nuevas, tiene una red social, no aparece o desaparece”, comentó César Cortés.
La pantalla era algunas veces invadida por su rostro, efecto creado al colocar la laptop a la altura de su cara. La cámara captaba sus expresiones y su mirada fija en el lente parecía como si le observara directamente al público a través de ella.
Al terminar su participación, apareció en el escenario Emmanuel Vizcaya, quien dio lectura a su libro La vertiente atómica. En una forma similar a la de Cortés, leía diferentes fragmentos, los cuales interrumpía para dar pie a música con toques electrónicos y diferentes sonidos. A sus espaldas se
proyectaban diferentes figuras cuadradas y rectangulares, semejantes al juego de Tetris, jugando entre ellas o apareciendo en un fondo negro.
Ciudad social y política
Finalmente, tocó turno a Javier Moro y Carlos Ramírez AKA Kobra y Adrián Sánchez Ramírez
Tenochtitlan Sound System. En conjunto los tres se hacen llamar Los Salvajes de Ciudad AKA. Al pisar el escenario, Moro y Ramírez sorprendieron al público con sus rostros cubiertos con máscaras; el primero, por una negra que sólo dejó entrever la zona de sus ojos, y el segundo, una de lucha libre.
Los principales temas de su poesía giran en torno a la ciudad, vista desde una perspectiva tanto social como política. Sus versos provenían de la segunda plaqueta (una breve publicación de corte literario)
titulada Una palabra con nombre de bala. Al sonar la música y proyectarse a sus espaldas un video con imágenes de la ciudad, comenzaron a recitar.
Javier Moro, poeta y periodista cultural, colabora en Tripulación nocturna, programa de radio por Internet, y forma parte del Colectivo DOS10 y de PLACA. Carlos Ramírez, comunicólogo de la UAM
Xochimilco, ha escrito diferentes textos para publicaciones como Antologías 40 barcos de guerra y Antología del recital chilango andaluz. Ambos son quienes dan voz a las letras que escriben para Los
Salvajes de Ciudad AKA.
Live act
Adrián Sánchez es un artista sonoro y es el responsable de la música y el sonido que sigue a sus dos compañeros que recitan los poemas. Ha tocado drum and bass, dub y minimal techno. Actualmente explora el live act, donde mezcla los sonidos de la caja de ritmos y sampler de mesa, con los
beats de la computadora.
Ya en el clímax de la presentación, cambia la dinámica: con micrófono en mano, Javier Moro inicia con la lectura de un poema mientras Kobra lo sigue con diferentes planas de periódicos. Primero las adhiere
a su espalda, y continúa por los hombros, pecho, espalda y piernas. Posteriormente, Ramírez toma una cinta con la leyenda Precaución, que se repite a todo lo largo y rodea diferentes partes del escenario.
En el sitio oficial de Salvajes de Ciudad AKA se encuentra disponible su segunda plaquette para descargar gratis información sobre sus pasadas y futuras presentaciones.
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